ANALISIS
1.- Conforme a las indicaciones dadas en clase realice el análisis sobre la carta de Sartre rechazando el
Premio Nobel de Literatura 1964.
2.- Deben tener una extensión de 600 palabras.
3.- Subir el trabajo hasta las 22H00 del día domingo 23/11/2015; pasada esta hora no se acepta el trabajo
y tendrá calificación cero.
Saludos
Dr. Marco Antonio González Escudero; Ms.C; EAPS.
DOCENTE
Nombre: Kevin Sanchez Apraez
ResponderEliminarCurso: Petróleos
El 14 de octubre de 1964 Jean Paul Sartre, a esas alturas reconocido filósofo y escritor que rozaba los 60, envió una carta a la Academia Sueca, pidiendo que no se le concediera el premio. Los miembros de la Academia no hicieron caso y pocos días después anunciaron al autor francés como ganador de Nobel de Literatura de aquel año. Sartre se reafirmó en su decisión, lamentando “profundamente” que el hecho se convirtiera en un escándalo.
Los rumores sobre una probable concesión del Nobel de Literatura a Sartre saltaron a los periódicos pocos días antes de que la Academia Sueca se pronunciara. Nada más leer sobre ellos, el filósofo envió su comunicado al secretario permanente de la institución. En ella declaraba que su objetivo era “evitar un malentendido”. “Por razones que me son personales y por otras que son más objetivas, no quiero figurar en la lista de posibles laureados y ni puedo ni quiero, ni en 1964 ni después, aceptar esta distinción honorífica”, escribía Sartre. Pero la Academia Sueca tomó su decisión en firme, a pesar del escrito enviado por el intelectual francés. “Por su trabajo, rico en ideas y lleno del espíritu de libertad y de la búsqueda de la verdad”, así se justificaba la designación del galardón el 22 de octubre, reconociendo la fuerte influencia que sus textos habían tenido a lo largo de las décadas pasadas. La institución no dejó de señalar que el premiado había declarado que no aceptaría el Nobel, pero insistió en que esta postura no invalidaba el premio.
En su carta expresa y aplica su filosofía de vida para aclarar por qué no quería aceptar el Premio Nobel. En este ejercicio de coherencia para algunos, de altanería para otros el escritor apunta que siempre ha rechazado condecoraciones oficiales, como la Legión de Honor, que se le concedió por su papel como combatiente en la Segunda Guerra Mundial y que también declinó.
A partir de ahí explica que su decisión está ligada a su concepto del trabajo de escritor. “Un escritor que adopte posiciones políticas, sociales o literarias debe actuar solo con sus propios medios, esto es, el mundo escrito. Todos los honores que pueda recibir exponen a sus lectores a una presión que no considero deseable”.
Una de las ideas que ha quedado para resumir los motivos de Sartre es que este no quería ser recuperado por la sociedad. Y, desde su punto de vista, la obligación para todo escritor) de no dejarse convertir en una institución.
Otra de las frases que ha quedado para la posteridad de su carta es la solemne “si firmo Jean-Paul Sartre no es lo mismo que si firmo Jean-Paul Sartre, ganador del Premio Nobel de Literatura”. Se trata de motivaciones personales, que reflejan la voluntad de coherencia con el pensamiento del autor, cuya interpretación del ser humano daba una importancia capital a la libertad de acción y a la iniciativa; en este caso la libertad de rechazar algo con lo que no encaja su proyecto vital, aunque esto sea una distinción honrosa para un escritor.
El filósofo francés divide sus argumentos en dos. Las razones anteriores son personales, pero también tiene otras que califica de objetivas. Estas se resumen en su activismo político a favor de la causa del socialismo. “La única batalla posible hoy en el frente cultural es la batalla por la coexistencia pacífica entre las dos culturas, la del Este y la del Oeste”, afirma. Aboga por el acercamiento entre los dos bloques que libraban la Guerra Fría, pero piensa que este movimiento tenía que ocurrir sin las instituciones de por medio, entre los ciudadanos y las culturas.
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ResponderEliminarJean Paul Sartre recibió en 1964 el Premio Nobel de Literatura, pero lo rechazó porque, según él, los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, y no por medio de instituciones, por lo que tenía como regla de oro no aceptar ningún tipo de reconocimiento u honor. Si lo hacía, perdería su identidad como filósofo.
ResponderEliminarEs que no se dedicó a la filosofía para vanagloriarse. Sartre leyó en su adolescencia “Essai sur les données immédiates de la conscience”, y desde ese momento comenzó un viaje de ida. Immanuel Kant, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Søren Kierkegaard, Edmund Husserl, y Martin Heidegger fueron sus grandes influencias, algunas más fuertes que otras, como Bergson y Heidegger. Los rumores sobre una probable concesión del Nobel de Literatura a Sartre saltaron a los periódicos pocos días antes de que la Academia Sueca se pronunciara. Nada más leer sobre ellos, el filósofo envió su comunicado al secretario permanente de la institución. En ella declaraba que su objetivo era “evitar un malentendido”. “Por razones que me son personales [luego diría sociales y políticas] y por otras que son más objetivas, no quiero figurar en la lista de posibles laureados y ni puedo ni quiero, ni en 1964 ni después, aceptar esta distinción honorífica”
Habían sonado otros nombres incluido el de Borges, que por aquellos años andaba siempre en las quinielas pero la Academia Sueca tomó su decisión en firme, a pesar del escrito enviado por el intelectual francés. “Por su trabajo, rico en ideas y lleno del espíritu de libertad y de la búsqueda de la verdad”, así se justificaba la designación del galardón el 22 de octubre, reconociendo la fuerte influencia que sus textos habían tenido a lo largo de las décadas pasadas. La institución no dejó de señalar que el premiado había declarado que no aceptaría el Nobel, pero insistió en que esta postura no invalidaba el premio.
Entre los personales, dijo que siempre había rechazado condecoraciones oficiales, como la Legión de Honor, que se le concedió por su papel como combatiente en la Segunda Guerra Mundial y que también declinó. Argumenta que su decisión está ligada a su concepto del trabajo de escritor.
En coherencia con su oposición a las políticas imperialistas de Occidente y el historial de la Academia sueca de premiar lo que en cada momento le convenía a EEUU, Sartre resalta en su carta la obligación para todo escritor de no dejarse convertir en una institución. El marxista francés también alude a razones objetivas. Estas se resumen en su activismo político. Su vida se caracterizó por una actitud militante de la filosofía. Se solidarizó con los más importantes acontecimientos de su época, como el Mayo Francés, la Revolución Cultural china, con la Revolución Cubana y la guerrilla venezolana, entre otras luchas de liberación. Se opuso a la Guerra de Vietnam, y junto a Bertrand Russell, James Petras y otros intelectuales consecuentes organizó un tribunal, que se conoció como "Tribunal Russell", para mostrar lo que los medios ocultaban: los crímenes de guerra de EEUU. En la carta, insiste una y otra vez en que todas sus simpatías están con el socialismo. Añade que "el premio Nobel es objetivamente una distinción reservada para los escritores de Occidente o los opositores del Este. No le fue otorgado a Neruda, uno de los grandes poetas sudamericanos. Nunca se habló de otorgárselo a Louis Aragon, a pesar de que lo merece. Es lamentable que el premio fue dado a Pasternak y no Sholokhov, y que el único trabajo soviético así honrado sea uno publicado en el extranjero y prohibido en su propio país."
Jhonny Guaman
Ing.Petroleos
ANALISIS DE LA CARTA DE SARTRE
ResponderEliminarJean-Paul Sartre fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en1964, pero lo rechazó explicando mediante una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla rechazar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones, es decir que para superarnos no necesitamos de nada ni de nadie.
Dijo también que todo esto es el mundo del dinero y que las relaciones con el dinero son siempre falsas. Rechazo 26 millones y me lo reprochan, pero al mismo tiempo me explican que mis libros se venderán más porque la gente va a decirse: "¿Quién es este atropellado que escupe sobre semejante suma?". Mi gesto va pues a reportarme dinero. Es absurdo pero no puedo hacer nada. La paradoja es que rechazando el premio no he hecho nada.
Si bien es cierto todos somos libres de hacer lo que queramos con nuestra vida y hacer lo que mejor nos parezca para nuestro beneficio, de opinar o emitir juicios de infinidad de temas o acontecimientos, pero así como tenemos el derecho hacer eso, también existe el derecho a creer o aceptar lo que nos parezca mejor, es decir respetar las opiniones de los demás mas no estar de acuerdo en todo, lo que claramente no se observa.
Es aquí donde se da pie al escepticismo que es la relatividad de opiniones, aquí cada persona tiene su opinión acerca de un tema y piensa que es la acertada, la que está bien. Sartre rechazo el Premio Nobel de Literatura porque para él no significaba nada es mas era algo irrelevante para su vida, y manifestó que así es y todos deberían pensar lo mismo: “Un escritor que adopte posiciones políticas, sociales o literarias debe actuar solo con sus propios medios, esto es, el mundo escrito. Todos los honores que pueda recibir exponen a sus lectores a una presión que no considero deseable”; pero esto no quiere decir que lo sea, simplemente fue una percepción suya acerca de dichas distinciones.
Existen muchos más escritores o muchas más personas que han recibido tal distinción y la han aceptado porque ha sido importante para ellos y así mismo piensan que debe ser así para todos. Es cuestión de percepción simplemente quien crea en algo piensa que todos deben creer en ese algo.
Opino que debemos respetar lo que cada persona piensa, opina o hace ya que cada quien hace lo que mejor le parezca, no debemos influenciar en los demás para que piensen o hagan lo mismo que nosotros, ni tratar de ser autoritarios, todos hacemos las cosas a nuestro beneficio y para nuestro bien, cada uno sabe los medios que utiliza o no para superarse.
Romina Cueva Luna
Ing. En Petróleos
Primer Semestre
Jean Paul Sartre, el 14 de Octubre de 1964 a esas alturas reconocido filósofo y escritor que rozaba los 60, envió una carta a la Academia Sueca, pidiendo que no se le concediera el premio. Los miembros de la Academia no hicieron caso y pocos días después anunciaron al autor francés como ganador de Nobel de Literatura de aquel año. Sartre se reafirmó en su decisión, lamentando profundamente que el hecho se convirtiera en un escándalo.
ResponderEliminarLos rumores sobre una probable concesión del Nobel de Literatura a Sartre saltaron a los periódicos pocos días antes de que la Academia Sueca se pronunciara. Nada más leer sobre ellos, el filósofo envió su comunicado al secretario permanente de la institución. En ella declaraba que su objetivo era evitar un malentendido. Por razones que me son personales y por otras que son más objetivas, no quiero figurar en la lista de posibles laureados y ni puedo ni quiero, ni en 1964 ni después, aceptar esta distinción honorífica, escribía Sartre.
Habían sonado otros nombres incluido el de Borges, que por aquellos años andaba siempre en las quinielas pero la Academia Sueca tomó su decisión en firme, a pesar del escrito enviado por el intelectual francés. Por su trabajo, rico en ideas y lleno del espíritu de libertad y de la búsqueda de la verdad, así se justificaba la designación del galardón el 22 de octubre, reconociendo la fuerte influencia que sus textos habían tenido a lo largo de las décadas pasadas. La institución no dejó de señalar que el premiado había declarado que no aceptaría el Nobel, pero insistió en que esta postura no invalidaba el premio.
Así explicó Sartre su actitud :
"¿Por qué rechacé ese premio? Porque estimo que desde hace cierto tiempo tiene un color político.
Si hubiera aceptado el Nobel y aunque hubiera hecho un discurso insolente en Estocolmo, lo que hubiera sido absurdo - habría sido recuperado. Si hubiera sido miembro de un partido, del partido comunista, por ejemplo, la situación hubiera sido diferente. Indirectamente hubiera sido a mi partido que el premio habría sido discernido; es a él, en todo caso, que hubiera podido servir. Pero cuando se trata de un hombre aislado, aunque tenga opiniones "extremistas" se lo recupera necesariamente de un cierto modo, coronándolo. Es una manera de decir: "Finalmente es de los nuestros". Yo no podía aceptar eso.
Lo que más me ha molestado en este asunto son las cartas de los pobres. Los pobres para mí son las personas que no tienen dinero pero que están suficientemente mistificadas para aceptar el mundo tal cual es. Esa gente forma legión. Me han escrito cartas dolorosas: "Deme a mí el dinero que rechaza".
En el fondo lo que escandaliza es que ese dinero no haya sido gastado. Cuando Mauriac escribe en su agenda: "Yo lo hubiera usado para arreglar mi cuarto de baño y el cerco de mi parque", es un maligno: sabe que no provocará ningún escándalo. Si hubiera distribuido ese dinero habría chocado más a la gente. Rechazarlo es inadmisible. Un norteamericano ha escrito: "Si me dan 100 dólares y los rechazo, no soy un hombre". Y además está la idea de que un escritor no merece ese dinero. El escritor es un personaje sospechoso. No trabaja, gana dinero y puede ser recibido, si lo quiere, por un rey de Suecia. Eso ya es escandaloso. Si además rechaza el dinero que no ha merecido, es el colmo. Se considera natural que un banquero tenga dinero y no lo dé. Pero que un escritor pueda rechazarlo, eso no pasa.
La paradoja es que rechazando el premio no he hecho nada. Aceptándolo hubiera hecho algo, que me habría dejado recuperar por el sistema".
Karla Escobar
Primero Petróleos
ANÁLISIS DE LA CARTA ESCRITA POR JEAN-PAUL SARTRE NO ACEPTANDO EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA
ResponderEliminarJean-Paul Sartre, rechazo el premio Nobel porque según el estimaba que desde hace cierto tiempo tenía un color político. Envió una carta a la Academia Sueca, pidiendo que no se le concediera el premio. Los miembros de la Academia no hicieron caso y pocos días después anunciaron al autor francés como ganador de Nobel de Literatura en el año 1964. Los rumores sobre una probable concesión del Nobel de Literatura a Sartre saltaron a los periódicos pocos días antes de que la Academia Sueca se pronunciara. Nada más leer sobre ellos, el Sartre envió su comunicado al secretario permanente de la institución. En ella declaro que su objetivo era evitar un malentendido. Por razones que le eran personales y por otras que son más objetivas, no quería figurar en la lista de posibles laureados y ni podía ni lo quería, ni en 1964 ni después, aceptar esta distinción honorífica, dijo.
En efecto, Sartre rechazó el Premio Nobel, al conocerse la noticia y al día siguiente apareció una carta firmada; en ella expresaba y aplicaba su filosofía de vida para aclarar por qué no quería aceptar el Premio Nobel. Apunto que siempre había rechazado condecoraciones oficiales, como la Legión de Honor, que se le concedió por su papel como combatiente en la Segunda Guerra Mundial y que también declinó. A partir de ahí explico que su decisión estaba ligada a su concepto del trabajo de escritor. “Un escritor que adopte posiciones políticas, sociales o literarias debe actuar solo con sus propios medios, esto es, el mundo escrito. Todos los honores que podían recibir exponían a sus lectores a una presión que no consideraba deseable”. El filósofo creía que aceptar el premio le habría acercado más a uno de los dos bloques de la Guerra Fría, cuando su ambición era el entendimiento entre ambos. Una de las ideas que ha quedado para resumir los motivos de Sartre es que él no quería ser recuperado por la sociedad. El filósofo francés dividió sus argumentos en dos. Las razones anteriores eran personales, pero también tenía otras que calificaba de objetivas. Estas se resumen en su activismo político a favor de la causa del socialismo. La carta de Sartre no aplacó la polémica sino todo lo contrario. Lo acusaron de altanero, de creerse demasiado bueno o íntegro como para estar por encima de estas cosas. La prensa rosa no dejó de hincar el diente en la relación con su compañera, la también escritora Simone de Beauvoir, publicando que el novelista había rechazado el Nobel para que ella no sintiera celos. No faltó quien señaló el escándalo como un movimiento calculado para ganar dinero. En cualquier caso Sartre no parecía tener problemas con la venta de sus libros en aquel momento y se mostraba sorprendido de estas acusaciones, recordando que acababa de rechazar 26 millones de francos. El que se la tuviera jugada a la Academia Sueca por haberle concedido antes el Nobel a su antagonista Albert Camus es otro de los argumentos que circularon. La mayoría de los diarios le habían atribuido razones personales: “Estaría herido porque Camus lo había obtenido antes que yo...tendría miedo que Simone de Beauvoir se sintiera celosa, a lo mejor era un alma bella que rechazaba todos los honores por orgullo”.
En conclusión que Jean-Paul Sartre no haya aceptado dicho premio era porque quería demostrar que no quería ser lo que otros quisieron que fuera.
Canchingre Farías Cristian Leonardo
Primer Semestre Ing. Petróleos.
ANÁLISIS DE LA CARTA DE SARTRE
ResponderEliminarEl 14 de octubre de 1964 Jean-Paul Sartre, a esas alturas era un reconocido filósofo, novelista, dramaturgo, escritor, crítico literario, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. El filósofo envió una carta a la Academia Sueca donde decía: “Por razones que me son personales, luego diría sociales y políticas y por otras que son más objetivas, no quiero figurar en la lista de posibles laureados y ni puedo ni quiero, ni en 1964 ni después, aceptar esta distinción honorífica”. El correo postal tenía sus problemas por aquellos años y la carta llegó tarde. Tan tarde que Sartre recibió el mencionado premio ese mismo año. Los miembros del jurado ya habían decidido, en septiembre –un mes antes de que saliera la carta– que él sería el ganador. Fiel a su misiva, Sartre no fue a recibir el premio.
La Academia tenía claros los argumentos por los que decidieron darle el Premio: “porque su trabajo, que es rico en ideas, está lleno de espíritu de libertad y va en búsqueda de la verdad, ha tenido gran influencia en nuestra época”. Así se justificaba la designación del galardón el 22 de octubre, reconociendo la fuerte influencia que sus textos habían tenido a lo largo de las décadas pasadas.
En carta Sartre entre las razones personales, dijo que siempre había rechazado condecoraciones oficiales, como la Legión de Honor, que se le concedió por su papel como combatiente en la Segunda Guerra Mundial y que también declinó. Además dice que su decisión está ligada a su concepto del trabajo de escritor. Un escritor que adopte posiciones políticas, sociales o literarias debe actuar solo con sus propios medios, esto es, el mundo escrito. Según él, los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, y no por medio de instituciones, por lo que tenía como regla de oro no aceptar ningún tipo de reconocimiento u honor. También Sartre dijo que se sintió torturado con la cantidad de dinero que representaba aquel Premio Nobel de Literatura. Y que había dos opciones, uno acepta el premio y con el dinero ayuda a organizaciones o movimientos que considera importantes, o lo rechaza y priva a tal movimiento de la ayuda que necesita”. Como cada quien es responsable de tomar nuestras propias decisiones para nuestro futuro ya sean estas para bien o para mal, pero siempre con responsabilidad, por lo que Sartre libre de tomar su decisión, opto por no aceptar el Premio Nobel ni el dinero, porque no quería ser institucionalizado, y que además porque para él no significaba nada es mas era algo irrelevante para su vida.
Pues hoy en día existen muchos escritores o personas que aceptan determinados galardones, ya que la forma de pensar ha cambiado mucho y los aceptan porque creen que es importante para ellos y para su reconocimiento a nivel mundial, sin darse cuenta que cuando uno se alcanza un reconocimiento debe ser debe ser por el esfuerzo de uno mismo sin el apoyo de galardones otorgados y que no todos piensan como ellos.
Por último se puede decir que cada ser humano es libre de pensar, actuar, creer, decir lo que quiera y crea que sea y este bien para aquella persona, siempre y cuando no influyamos en la forma de pensar, actuar o creer de los demás seres humanos para que hagan lo mismo que nosotros, pues cada uno de nosotros hacemos las cosas según mas nos convenga y mejor sea para el desarrollo de nuestro futuro apoyándonos de los medios que nos ayuden a creer como personas y profesionales.
Ortiz Cunalata Giovanna
Ingeniería de Petróleos
Primer Semestre
El 14 de octubre de 1964 Jean-Paul Sartre reconocido filósofo y escritor envió una carta a la Academia Sueca (que además de los Nobel se ocupa de defender la pureza del sueco) pidiendo que no se le concediera el premio. Los miembros de la Academia no hicieron caso y pocos días después anunciaron al autor francés como ganador de Nobel de Literatura de aquel año. Sartre se reafirmó en su decisión, lamentando “profundamente” que el hecho se convirtiera en un escándalo.
ResponderEliminarLos rumores sobre una probable concesión del Nobel de Literatura a Sartre saltaron a los periódicos pocos días antes de que la Academia Sueca se pronunciara. Nada más leer sobre ellos, el filósofo envió su comunicado al secretario permanente de la institución. En ella declaraba que su objetivo era “evitar un malentendido”. “Por razones que me son personales y por otras que son más objetivas, no quiero figurar en la lista de posibles laureados y ni puedo ni quiero, ni en 1964 ni después, aceptar esta distinción honorífica”, escribía Sartre.
En efecto, Sartre rechazó el Nobel al conocerse la noticia y al día siguiente apareció una carta firmada y pagada por él. En ella expresa y aplica su filosofía de vida para aclarar por qué no quería aceptar el Premio Nobel. En este ejercicio de coherencia para algunos, de altanería para otros el escritor apunta que siempre ha rechazado condecoraciones oficiales, como la Legión de Honor, que se le concedió por su papel como combatiente en la Segunda Guerra Mundial y que también declinó.
A partir de ahí explica que su decisión está ligada a su concepto del trabajo de escritor. “Un escritor que adopte posiciones políticas, sociales o literarias debe actuar solo con sus propios medios, esto es, el mundo escrito. Todos los honores que pueda recibir exponen a sus lectores a una presión que no considero deseable”.
ANALISIS DE LAS RAZONES PARA NO QUERER RECIBIR EL PREMIO NOBEL
Una de las ideas que ha quedado para resumir los motivos de Sartre es que este no quería ser recuperado por la sociedad. No es exactamente así, pero Sartre incide en su carta en el deseo y desde su punto de vista, la obligación para todo escritor de no dejarse convertir en una institución.
Otra de las frases que ha quedado para la posteridad de su carta es la solemne “si firmo Jean-Paul Sartre no es lo mismo que si firmo Jean-Paul Sartre, ganador del Premio Nobel de Literatura”. Se trata de motivaciones personales, que reflejan la voluntad de coherencia con el pensamiento del autor, cuya interpretación del ser humano daba una importancia capital a la libertad de acción y a la iniciativa; en este caso la libertad de rechazar algo con lo que no encaja su proyecto vital, aunque esto sea una distinción honrosa para un escritor.
El filósofo francés pienso que dividio sus argumentos en dos. Las razones anteriores son personales, pero también tiene otras que califica de objetivas. Estas se resumen en su activismo político a favor de la causa del socialismo. “La única batalla posible hoy en el frente cultural es la batalla por la coexistencia pacífica entre las dos culturas, la del Este y la del Oeste”, afirma. Aboga por el acercamiento entre los dos bloques que libraban la Guerra Fría, pero piensa que este movimiento tenía que ocurrir sin las instituciones de por medio, entre los ciudadanos y las culturas.
FERNANDO TIPAN
PRIMERO…”PETROLEOS”
ANÁLISIS DE LA CARTA ESCRITA POR JEAN-PAUL SARTRE NO ACEPTANDO EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA
ResponderEliminarJean-Paul Sartre nació el 21 de junio de 1905 en París, Francia. Fue un filósofo, escritor, crítico literario francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. El Premio Nobel de Literatura es concedido a Jean Paul Sartre el 22 de octubre de 1964 ‘por su estilo imaginativo y espíritu de independencia y libertad en la lucha por alcanzar la verdad’, pero Sartre rechaza dicho premio, y que a través de una carta que envió a la Academia Sueca, explicaba por qué se rehusaba a aceptarlo. Dentro de esta carta expone y aplica su filosofía de vida y comenta por qué no accedía el Premio Nobel. En éste manifestaba que no aceptaba el premio porque no quería ser "institucionalizado por el Oeste o por el Este". Era la respuesta natural del eterno contestatario en un mundo bipolar que las generaciones de ahora no han llegado a conocer. Lamentó que su negativa hubiera dado lugar al escándalo. Aclaró que enterado del carácter inapelable de las decisiones de la Academia, él había buscado anticipadamente prevenir que el elegido fuera él para evitar todo lo que ya había previsto sucedería y sucedió. Concluía afirmando que bajo ningún aspecto su negativa debería interpretarse como un desprecio hacia el pueblo sueco al cual manifestaba su afecto.
Éste escándalo se desata en todo el pueblo francés, el mismo que descarga toda su ira contra el autor de “La Náusea”, a través de comentarios como “hombrecillo sabelotodo, de ojos desviados, ateo y de izquierdas que, creyéndose superior, se atrevía a rechazar los honores de la Academia Sueca“. Una de las frases que más se resalta es “si firmo Jean-Paul Sartre no es lo mismo que si firmo Jean-Paul Sartre, ganador del Premio Nobel de Literatura”, haciendo un breve análisis respecto a esta frase, sabemos que es acertado lo que expresa dicha frase, pues a pesar de que Sartre rechazó el Premio, el siempre seguirá figurando entre los premiados dentro de la mejor literatura.
Si bien es cierto que Sartre rechazó el Premio Nobel, que con ello no solo era un reconocimiento a nivel mundial sino también una gran cantidad de dinero, tomó una importante decisión que para él fue correcta, porque mantuvo una posición fuerte y defendiendo su filosofía y lo que él creía que estaba bien. Todo ser humano es libre de tomar sus propias decisiones, de dar criterio y valor a las cosas o a los pensamientos de otras personas, siempre y cuando conservemos el margen de respeto hacia lo que los demás piensan, no siempre vamos a coincidir con lo que pensamos o sentimos, en muchas ocasiones compartiremos opiniones o criterios, pero eso no implica que debamos aceptar que todo lo que digan los demás es correcto, nosotros somos libres y tenemos diferentes percepciones acerca de cualquier tema, por eso es importante que al momento de tomar decisiones sepamos qué es lo mejor para nosotros.
Como conclusión debemos respetar el criterio u opinión de cada persona, sin que esto nos influya en nuestras decisiones u opiniones acerca de infinidad de temas, ya que cada ser humano tiene percepciones diferentes y que actuamos acorde a nuestra conciencia y visión. Debemos ser libres, sin sentirnos manipulados, para poder exponer nuestras ideas, criterios y pensamientos, porque todos y cada uno de nosotros somos diferentes, pero sin olvidarnos de que todas las opiniones son importantes y sobre todo respetables, porque de aquellas podemos aprender y enriquecer nuestras ideas.
Es así que Sartre tomó una decisión respecto a su criterio, que para algunos estuvo bien y para otros mal, el actuó acorde a lo que creía y no a lo que los demás quisieron que hiciera.
Marisol Rosero
Ing. Petróleos
I-6
Análisis del rechazo al premio Nobel de Jean Paul Sartre
ResponderEliminarJean Paul Sartre nació el 21 de Junio de 1905 fue un escritor, novelista filósofo, periodista político representativo del existencialismo.
Sartre en el año 1964 rechazó el premio Nobel de Literatura, por medio de una carta enviada a la Academia Sueca en el cual enfatizaba, que no deseaba privar “a algún otro concurrente de la posibilidad de recibirlo” y no deseaba la compensación de aquel entonces que era 52,000 dólares, agregaba también que renunciaba para no cometer la indelicadeza de rechazarlo en caso de que le fuera conferido, lo cual cumplió.
Conforme a lo sucedido se hubo agravios e insultos que fueron lanzados con tal virulencia que media Francia se vio obligada a defender al “pequeño hombrecillo de los ojos desviados, aquel que parece saberlo todo”, de la otra mitad que pedía su cabeza.
Sartre a cualquier problema ya sea político o social contestaba con libros, los mejores salidos de su portentosa inteligencia. "Las palabras", uno de los más bellos libros de memorias jamás escrito, pertenece a la época de este alboroto.
El reproche vino de todos lados. Recibió cartas por centenares de gente humilde que lo impulsaban a aceptar el premio para que donase el dinero que rechazaba. Hasta la prensa rosa entró a terciar en el asunto: adujo que lo había rechazado para que Simone de Beauvoir, su compañera sentimental por décadas, no se sintiera celosa.
Mientras todo el mundo se quedó atónito por la decisión tomada deseaban saber más acerca de su decisión lo cual lo entrevistaron y dio sus razones mucho más argumentadas.
Una de las razones por la que rechazo fue porque desde hace mucho tiempo tenía mucha influencia la política. Si hubiera aceptado el Nobel indirectamente hubiera sido a mi partido que el premio habría sido discernido. Pero cuando se trata de un hombre aislado, aunque tenga opiniones "extremistas" se lo recupera necesariamente de un cierto modo, coronándolo. Es una manera de decir: "Finalmente es de los nuestros". Yo no podía aceptar eso.
La mayoría de los diarios le atribuyeron razones personales: estaría herido porque Camus lo había obtenido antes que yo...tendría miedo que Simone de Beauvoir se sintiera celosa, a lo mejor era un alma bella que rechazaba todos los honores por orgullo. AL cual respondió muy simple: si tuviéramos un gobierno de Frente Popular y que me hubiera hecho el honor de discernirme un premio, lo habría aceptado con placer. No pienso para nada que los escritores deban ser caballeros solitarios, por el contrario. Pero no deben meterse en un avispero.
Lo que más me ha molestado en este asunto son las cartas de los pobres. Los pobres para mí son las personas que no tienen dinero pero que están suficientemente mistificadas para aceptar el mundo tal cual es. Esa gente forma legión. Me han escrito cartas dolorosas: "Deme a mí el dinero que rechaza".
En el fondo lo que escandaliza es que ese dinero no haya sido gastado. Y muchas personas lo insultaron le decían que era un maligno. Si hubiera distribuido ese dinero habría chocado más a la gente. Rechazarlo es inadmisible. Un norteamericano ha escrito: "Si me dan 100 dólares y los rechazo, no soy un hombre". Y además está la idea de que un escritor no merece ese dinero. El escritor es un personaje sospechoso. No trabaja, gana dinero y puede ser recibido, si lo quiere, por un rey de Suecia. Eso ya es escandaloso.
Por lo tanto podemos decir que el rechazo que hizo a ese honorable premio no tuvo que ver situaciones familiares sino mas bien iba encontra de sus ideales, tenia una manera de pensar diferente a la de ese tiempo.
Brayan Estrella
Primero Petroleos
I-6
Jean-Paul Sartre envió el 14 de octubre de 1964 una carta a la academia sueca que otorga el premio Nobel, pidiéndole que no le incluyeran entre los posibles ganadores, ni ese año ni tampoco en el futuro. El filósofo francés también avisaba de que, en el caso de que le galardonaran, rechazaría el reconocimiento. Sin embargo su carta llegó con un mes de retraso. Porque en septiembre la Academia ya había decidido quién sería el Nobel de Literatura de 1964: claro, el propio Jean-Paul Sartre.
ResponderEliminarLa carta, que añade un nuevo elemento a uno de los rechazos más sonados de la historia de la cultura. Al fin, ya se había reflexionado durante años con que Sartre había enviado una carta y que esta había llegado cuando ya era tarde. Ahora se sabe que así fue, y que la academia contestó al filósofo que la decisión ya había sido tomada. Tanto que el comité del organismo se reunió el 22 de octubre y ratificó la victoria de Sartre. Fiel a su carta, el filósofo acabó rechazando el premio.
De nada sirvió que la academia subrayara los méritos del autor: "Su trabajo, rico en ideas y repleto del espíritu de la libertad y la búsqueda de la verdad, ha producido una influencia de muy amplio calado sobre nuestra era". Contaron bastante más el deseo de Sartre de no convertirse "en una institución" y de respetar sus creencias de que cualquier premio expondría a sus lectores a una "presión nada deseable". Ello comportaba el rechazo no solo del reconocimiento intelectual, también de la considerable atribución monetaria, habida cuenta de que se acompañaba de una cuantiosa cantidad, 52.000 dólares de la época. Sartre, rogaba que entregaran el premio a algún otro escritor más digno de tal consagración. Eso sí, el autor acabó reclamando el dinero del galardón.
Aunque los sí y los quizás no queden para la historia, se atreve a imaginar que la llegada a tiempo de la carta habría cambiado las cosas. Se puede apuntar a que varios miembros del comité no estaban especialmente convencidos de la entrega del premio a Sartre y que probablemente la carta habría ofrecido nueva fuerza a sus argumentaciones.
El filósofo francés dividió sus argumentos en dos. Las razones anteriores son personales, pero también tiene otras que califica de objetivas. Estas se resumen en su activismo político a favor de la causa del socialismo. Aboga por el acercamiento entre los dos bloques que libraban la Guerra Fría, pero piensa que este movimiento tenía que ocurrir sin las instituciones de por medio, entre los ciudadanos y las culturas.
“Como he estado políticamente comprometido, la sociedad burguesa quiere cubrir mis errores pasados, ve una posibilidad de admisión y me dan el Premio Nobel. Me perdona y considera que tengo derecho al Premio Nobel. Es monstruoso”. Dijo Sartre en una entrevista refiriéndose a todo yo creo que como conclusión tomaríamos esto de partida para dar a entender que cada uno es dueño de sus decisiones y que por más reconocido sea el premio o la mención o cualquier cosa se tiene que respetar y sin que esto nos influya en nuestras decisiones u opiniones acerca de infinidad de temas, ya que cada ser humano tiene percepciones diferentes y que actuamos acorde a nuestro conocimiento y visión. Debemos ser libres, sin sentirnos manejados, para poder mostrar nuestras ideas, criterios y pensamientos, porque todos y cada uno de nosotros somos desiguales, pero sin dejar de lado que todas las opiniones son importantes y sobre todo respetables, porque de aquellas podemos aprender y dignificar nuestras ideas.
Javier Cadena
Ing.en Petroleos.
1-6
“No quiero estar en la lista de candidatos al Premio Nobel, ni este año ni en el futuro”. Eso decía la carta que el filósofo francés Jean Paul Sartre envió a la Academia Sueca en octubre de 1964.
ResponderEliminarEl correo postal tenía sus problemas por aquellos años; tal vez si el autor de El ser y la nada hubiese vivido en la era del mail, no habría pasado nada. Pero la carta llegó tarde. Tan tarde que Sartre recibió el mencionado galardón ese mismo año. Los miembros del jurado ya habían decidido, en septiembre –un mes antes de que saliera la carta– que él sería el ganador. Fiel a su misiva, el existencialista francés no fue a recibir el premio. Eso sí, después reclamó el dinero.
La Academia tenía claros los argumentos por los que decidieron darle el Premio: “porque su trabajo, que es rico en ideas, está lleno de espíritu de libertad y va en búsqueda de la verdad, ha tenido gran influencia en nuestra época”. Y los argumentos del autor de La Náusea para rechazar el galardón también fueron contundentes: “un escritor que adopta una postura política, social o literaria debe actuar solamente a través de la palabra escritora. Además, todos los honores que recibiría un escritor tras este premio, expondrían a sus lectores a una presión nada deseable”.
Ese año hubo 76 candidatos más y, según informa el diario sueco, no todos los miembros del jurado estaban de acuerdo en dárselo al existencialista francés. Es por eso que el diario sueco especula con el hecho de que si la carta –escrita por Sartre después de que un diario francés hablara de él como candidato– hubiera llegado a tiempo, el premiado podría haber sido otro. Se barajaban nombres como el del escritor ruso Mikhail Sholokhov.
En declaraciones a la prensa sueca, el año que le dieron el Nobel, Sartre dijo haberse sentido “torturado” por la cantidad de dinero que el premio representaba: “Hay dos opciones, o uno acepta el premio y con el dinero ayuda a organizaciones o movimientos que considera importantes (pienso en el Comité anti Apartheid de Londres)”, afirmó, “o lo rechaza y priva a tal movimiento de la ayuda que necesita”.
En la disyuntiva, tomó una decisión: “Obviamente renuncio al premio y al dinero, porque no quiero ser institucionalizado. El escritor que acepta un honor así queda envuelto en la institución que se lo concedió y debe rechazar esto aunque ocurra en las más honorables circunstancias”, dijo el filósofo.
Se ve que con el tiempo, el tema volvió a la cabeza del filósofo porque en 1975, y según escribió en sus memorias Lars Gyllensten, miembro de la Academia Sueca entre 1966 y 1989, el filósofo reclamó el dinero del premio que había rechazado once años atrás. La petición fue rechazada porque, según Gyllensten, el dinero había vuelto a los fondos de la Fundación. Tarde. Dos veces tarde.
En fin, lo que buscamos decir con todo esto es que Sartre era una persona muy desapegada de las cosas vanas, el buscaba ser y marcar trascendencia de una manera mucho más natural sin necesidad de presumir tanto o cuanto galardón se le concediera por sus magníficas obras. El filósofo francés dividió sus argumentos en dos. Las razones anteriores son personales, pero también tiene otras que califica de objetivas. Estas se resumen en su activismo político a favor de la causa del socialismo. Aboga por el acercamiento entre los dos bloques que libraban la Guerra Fría, pero piensa que este movimiento tenía que ocurrir sin las instituciones de por medio, entre los ciudadanos y las culturas.
Diana Morales. Primer semestre Petróleos
Análisis de la carta escrita por jean-paul sartre no aceptando el premio nobel de literatura
ResponderEliminarJean-Paul Charles Aymard Sartre, reconocido filósofo, escritor, dramaturgo e incluso activista político, siempre recordado por su firmeza y fiel lealtad a sus principios inherentes relacionados al existencialismo, que a su vez, lo hacía gran exponente del marxismo humanista. Fue el gran seleccionado al premio nobel de la literatura en 1964 y radica allí la gran controversia del porqué, Jean-Paul Sartre rechazaría este premio, pues bien, él se encargaría de hacer llegar una carta a la Academia Sueca explicando su decisión, pero el meollo del asunto enfatiza en la filosofía en la que el escritor se basaba para declinarse ante todo reconocimiento o distinción oficial.
“Un escritor que adopte posiciones políticas, sociales o literarias, debe actuar solo con sus propios medios, esto es, el mundo escrito. Todos los honores que pueda recibir exponen a sus lectores a una presión que no considero deseable”; palabras que incluso hoy en día, se presta a varias interpretaciones, considerada como un ejercicio de coherencia para algunos y de altanería para otros, ligado todo ello también a la denominada Legión del Honor, del cual fue participe como activista combatiente en la segunda Guerra Mundial, otro premio el cual también declino, indicando qué: “Los lazos entre el hombre y la cultura deben desarrollarse directamente, sin pasar por instituciones”. Toda esta filosofía de vida y psicología existencial en la que se basa nos convierte en antes activos analistas de la percepción y perspectiva del ser humano frente al mundo.
Tres días después de haberlo rechazado el premio Nobel, el 23 de octubre, un aviso en el diario L´Figaro, que fue pagado por el propio Sartre, publicaba las razones de su negativa. En éste manifestaba que no aceptaba el premio porque no quería ser "institucionalizado por el Oeste o por el Este". Era la respuesta natural del eterno contestatario en un mundo bipolar que las generaciones de ahora no han llegado a conocer. Lo más probable es que su negativa hubiera dado lugar al escándalo. Aclaró que enterado del carácter irrevocable de las decisiones de la Academia, él había buscado anticipadamente prevenir que el elegido fuera él para evitar todo lo que ya había previsto sucedería y sucedió. Concluía afirmando que bajo ningún aspecto su negativa debería interpretarse como un desprecio hacia el pueblo sueco al cual manifestaba su afecto.
Ante la pregunta de si es consciente de lo que puede hacer con el dinero que esta rechazando, el responde: "Nadie me puede exigir que renuncié, por 200,000 coronas, a los principios que no son sólo de uno sino compartidos por todos los camaradas". Y después argumenta aún más hasta ser concluyente: “En la actual situación, el Nobel es otorgado objetivamente a los escritores de Occidente o a los rebeldes del Este”. “Encuentro esta insistencia en otorgármelo un poco ridícula”.
Una paradoja más de Sartre fue convertirse en un Nobel sin Nobel. Es decir, aunque él lo rechazó, su nombre siguió figurando entre los laureados muy a pesar suyo
Al leer su carta, es evidente el sentir filosófico existencial con el toque psicológico marxista que lo caracterizaba, de haber aceptado el premio Nobel, posiblemente lo hubiera hecho con soberbia, un discurso frío, que fuerte y a la vez sutilmente expresaba un despreciable sentir hacia la etiquetación y ligamiento de una persona independiente a un instituto, volviéndolo suyo y haciéndolo ver como de fiel apoyo a las políticas que dicha institución impartían. Y esto es, lo que enfatiza el poder ser libre al decidir y actuar bajo nuestro concebimiento; y la gran repercusión social a la que se está sometido.
Fernanda Salazar
Ing. en Petróleos I-6
ANÁLISIS DE LA CARTA ESCRITA POR JEAN-PAUL SARTRE NO ACEPTANDO EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA
ResponderEliminar“Existo. Es algo tan dulce, tan dulce, tan lento. Y leve; como si se mantuviera solo en el aire. Se mueve. Por todas partes, roces que caen y se desvanecen. Muy suave, muy suave.” Jean Paul Sartre fue uno de los intelectuales más brillantes, no sólo de su época, sino de la historia del pensamiento y la filosofía.
Cuando escuchamos “existencialismo” pensamos en Sartre. Cuando escuchamos “inconformismo”, pensamos en Sartre. Su filosofía se basó en el existencialismo y más tarde tocó al marxismo. Exploró el significado del “ser”, rechazando dualidades, pero aceptando la presencia del otro en el comportamiento humano.
Era un crítico férreo de la religión y un ateo con todas las letras. Fue pareja de Simone de Beauvoir, que también emprendió un largo camino por el existencialismo, pero que dedicó su vida también al pensamiento político y asentó las bases del movimiento feminista.
Jean Paul Sartre recibió en 1964 el Premio Nobel de Literatura, pero lo rechazó porque, según él, los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, y no por medio de instituciones, por lo que tenía como regla de oro no aceptar ningún tipo de reconocimiento u honor. Si lo hacía, perdería su identidad como filósofo.
Es que no se dedicó a la filosofía para vanagloriarse. Sartre leyó en su adolescencia “Essai sur les données immédiates de la conscience” (Ensayo sobre los datos inmediatos de la consciencia) de Henri Bergson, y desde ese momento comenzó un viaje de ida. Immanuel Kant, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Søren Kierkegaard, Edmund Husserl, y Martin Heidegger fueron sus grandes influencias, algunas más fuertes que otras, como Bergson y Heidegger.
Sirvió en el ejército francés, participó de movimientos políticos de la época y se relacionó con el comunismo. Sartre no era ni por asomo un hombre de pocos intereses. Además de filósofo y escritor, fue un activista, un crítico literario y un biógrafo.
Sus obras más influyentes movieron el piso, y cambiaron los horizontes de la filosofía. “La Náusea” (La nausée, 1938), “El ser y la nada” (L´être et le néant, 1943), “Crítica de la razón dialéctica” (Critique de la raison dialectique, 1960), “A puerta cerrada” (Huis clos, 1944) y la autobiografía de su infancia “Las palabras” (Les mots, 1964) quizás sean sus trabajos más representativos.
Hoy se cumplen 34 años de la muerte de Sartre, que 74 años de edad, en el hospital de Broussais, y fue enterrado en el Cimetière de Montparnasse de París, y ahora, ya en otro siglo, en otros tiempos, lo recordamos constantemente: “Algo comienza para terminar: la aventura no admite añadidos; sólo cobra sentido con su muerte. Hacia esta muerte, que acaso sea también la mía, me veo arrastrado irremisiblemente. Cada instante aparece para traer los siguientes. Me aferro a cada instante con toda el alma; sé que es único, irremplazable y, sin embargo, no movería un dedo para impedir su aniquilación”.
PAREDES DIPSON
PRIMER SEMESTRE PETRÓLEOS